PALOMA ARENÓS Sabadell, LA VANGUARDIA
En la primavera del 2019 y tras 17 meses de obras valoradas en más de 19 millones de euros, la frontera física que suponen las vías de los FGC entre los barrios de Gràcia y Can Feu de Sabadell desaparecerá. Con el soterramiento y el cubrimiento de las vías se solucionará una antigua reivindicación y Sabadell ganará, además, 3.400 metros cuadrados de espacio público para peatones y bicicletas y una nueva puerta de entrada, más silenciosa, al oeste de la ciudad.
Así lo anunciaron ayer el secretario de Infraestructures i Mobilitat de la Generalitat, Ricard Font, y el alcalde Maties Serracant, tras presentar el calendario de obras, cuyos trabajos previos arrancan hoy. En concreto, se cubrirá el tramo desde la calle Sobarber hasta pasado el paseo de Can Feu, lo que implicará la modificación de las rasantes de las calles del entorno y de la pendiente de las vías a lo largo de 975 metros, hasta enlazar en superficie con las vías en el término de Sant Quirze.
Serracant pidió comprensión por las afectaciones en la movilidad rodada. A partir del 9 de enero, se cerrará al tráfico el paseo de Can Feu, entre la plaza del Millenari y la calle de Damià Forment, hasta el final de las obras. Los vehículos desde el norte en sentido a Millenari se desviarán por la avenida de Arrahona en dirección a Sant Quirze. Y los que circulen desde el norte en dirección a la autopista C-58 se desviarán por la carretera de Terrassa hasta la ronda Oest o la rambla Ibèria.
Font apuntó que para minimizar las afectaciones al vecindario y reducir en seis meses la duración de las obras, «habrá que interrumpir el servicio ferroviario durante el verano, entre las estaciones de Gràcia-Can Feu y Sant Quirze del Vallès y se habilitarán buses lanzaderas. La circulación de trenes en las otras cuatro estaciones seguirán funcionando, como un metro urbano».