El 43% de los tramos de los ríos catalanes sigue teniendo deficiencias en su caudal o riberas
La situación de los ríos catalanes está estancada. La contaminación por nitratos y la salinización en el tramo bajo del Llobregat, así como una leve recuperación de la calidad biológica, definen los principales rasgos de su estado de conservación. Los ríos pre-sentan ahora menos puntos negros que hace años, pero la mejora registrada «no es suficientemente significativa para cumplir los objetivos ambientales marcados en la directiva europea marco del agua para el 2015». Así lo señala el informe del 2013 del Projecte Rius, promovido por la Associació Hàbitats, iniciativa ciudadana que permite conocer el estado de los ríos mediante inspecciones en que colaboran 2.300 voluntarios y que se ha convertido en el documento de referencia.
El informe (RiusCat 2013) «vuelve a evidenciar la estabilidad» que experimentan los ríos y rieras de Catalunya en los últimos años. Sus masas de agua registraron una evolución muy favorable durante más de 20 años (sobre todo en los años ochenta y noventa, gracias a las inversiones en saneamiento y depuración. Sin embargo, en los últimos diez años el mapa dibuja «un importante número de ríos que no pueden superar el umbral del buen estado ecológico», dice el informe. Ahora, el 57% de los tramos de todos los ríos presenta en primavera un buen estado de los hábitats fluviales, mientras que el 43% sufre alteraciones (mala calidad del agua. de los bosque de ribera, interrupciones de cauce…). En el otoño, sólo un 49% de esos tramos presenta un buen estado.
Uno de los problemas más graves sigue siendo la salinización del río Llobregat. La niveles de cloruros a la altura de Cornellà superan todos los meses (menos mayo) los 200 mg/l, el límite permitido en la legislación para la calidad de las aguas destinadas a abastecimiento de agua potable. En el 2013, durante los meses de enero y febrero, incluso se rebasaron los 500 mg/l. «Una cuenca salina, los residuos procedentes de las explotaciones mineras y la falta de dilución son las causas de que se superen estos límites legales», dice Roger Lloret, el antiguo responsable de las inspecciones de Agbar, hoy voluntario ambiental en la zona.
Dos tercios de los tramos del río tienen un bosque de ribera con una calidad mediocre o mala
A esta contaminación contribuyen los residuos vertidos sobre una escombrera no impermeabilizada (el Cogulló, Sallent). Y aunque existe un colector que los recoge para llevarlos al mar, su capacidad es insuficiente. «Ya se ha roto 475 veces», dice Lloret. Los jueces han pronunciado ya diversas sentencias contra la minera Iberpotash (falta de plan de restauración de los desechos salinos, falta de declaración de impacto ambiental o inadecuación urbanística y han pedido que cesen los vertidos), que han sido recurridas.
Otro problema grave de los ríos es la presencia excesiva de nitratos, procedentes de residuos ganaderos o agrícolas, que sigue siendo constante. La contaminación ocasiona un crecimiento desmesurado de la vegetación acuática y la disminución del oxígeno necesario para la fauna acuática.
El caso más alarmante se da en la cuenca del Besòs, pues el 53% de los tramos presentan en otoño concentraciones de 20 miligramos por litro, un valor próximo al umbral de los 25 mg, que comporta una alerta. También son excesivos en la cuenca del Ter a su paso por la comarca de Osona, en el Anoia y en los afluentes del Segre.
La buena noticia es que el 50% de los tramos analizados en primavera presenta una buena o muy buena calidad biológica (índice de invertebrados), mientras que en el 2012 alcanzaban este estado un 47%. Los invertebrados (larvas, pequeños moluscos) son un buen indicador de la salud del río. El año pasado, la Agència de l’Aigua no llevó a cabo la campaña de muestreo de los invertebrados. «El análisis de los voluntarios es muchas veces la única información disponible sobre este indicador», dice Xavier Martí, presidente de la Associació Hàbitats.
Dos tercios (el 68%) de los tramos de río presentan un bosque de ribera con una calidad mediocre o mala, mientras que sólo en un tercio la calidad de la vegetación es buena. Los resultados son iguales a los del año 2012. «Es difícil que el bosque evolucione hacia una buen calidad sin una estrategia dirigida hacia su restauración», se dice. Además, en el 77% de las inspecciones se detecta la presencia de residuos (desechos domésticos, escombros…). El informe también censura actos incívicos, como el que está impidiendo la recuperación de la riera de Vallvidrera, en el parque de Collserola. La hiperfrecuentación de ciclistas y paseantes con perros que cruzan constantemente el lecho de la riera hacen muy difícil su restauración.
Otro deterioro importante se dan el río Tenes a su paso por el valle de Riells del Fai, en el espacio de interés natural Cingles de Bertí (declarado enclave de la Red Natura 2000). La zona ha sido utilizada para el baño, pese a estar prohibido, y se han destruidos algunos elementos informativos. No obstante, destaca la buena situación de las cabeceras del Besòs: el Congost en Llerona y el Ripoll en Castellar del Vallès.
El Projecte Rius de la Associació Hàbitats es una iniciativa que mueve centenares de voluntarios que colaboran en las tareas de inspección, protección y custodia de determinados tramos fluviales. Estos grupos adoptan también tramos de ríos para llevar a cabo todo tipo de actividades destinadas a su regeneración. Sobre todo aglutina a maestros y alumnos (pero también a familias, amigos y entidades sociales). El 75% de los recursos económicos son privados y su éxito ha hecho que su modelo haya sido replicado en otras comunidades autónomas.